Haz locuras, no pienses en nada. Grita cuando todo el mundo esté en
silencio, canta cuando te apetezca sin importante lo que diga la gente,
si eres feliz dilo, grítalo a los cuatro vientos y que todo el mundo se
entere.
Porque la sensación de hacer algo que destaque entre los
demás en indescriptible, como cuando no aguantas más el calor de la
playa y te comes un helado, como cuando llegas cansada y te tiras a la
cama, como cuando te llega un mensaje de la persona que estabas
esperando. Es esa sensación, la mejor de todas, la que hace que te salga
una sonrisa de oreja a oreja y no se te quite en todo el día. Esas
pequeñas cosas que consiguen que digan lo que te digan nunca podrán
hacerte daño, es tu inyección del día contra todo lo que te vaya mal.
Porque hay personas en tu vida que no cambiarías por nada, pero sobretodo no cambiaría por nada del mundo.
